
Edgar Pérez relató que no era la primera vez que los perros de un vecino ingresaban a su propiedad para atacar a su perro, un pitbull que siempre permanece atado por precaución, dada su raza. En incidentes anteriores, su mascota había resultado gravemente herida. El pasado sábado, la situación se repitió, con cuatro o cinco perros, incluyendo un dogo y un doberman, arremetiendo contra su animal. Ante la desesperación y el temor por la vida de su mascota, Pérez reaccionó en defensa propia.
"Reaccioné como pude", explicó Pérez, quien siempre ha mantenido a su perro dentro de su patio y atado. Nunca había tenido problemas con otros vecinos hasta estos reiterados ataques.
En diálogo con Facundo Pereztoro y Marcela Andrade en el programa “Que”, Pérez lamentó que la denuncia inicial en redes sociales omitiera el contexto del ataque múltiple a su perro atado. Subrayó que su reacción fue instintiva para proteger a su mascota de una jauría.
El vecino compartió experiencias previas de ataques por parte de los mismos perros, incluyendo un incidente donde lo embistieron mientras circulaba en moto con su hijo, poniendo en riesgo su integridad física. La sensación de indefensión ante la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades es palpable.
"¿A quién le denuncias?", se preguntó Pérez, reflejando la dificultad de responsabilizar a dueños negligentes.
En el estudio, se debatió la importancia de la tenencia responsable de mascotas, especialmente en zonas de chacras donde los terrenos amplios pueden facilitar el ingreso de animales ajenos. La falta de un cierre perimetral adecuado en la propiedad de Pérez, quien es inquilino, fue mencionada, aunque se reconoció que la responsabilidad principal recae en el dueño de los perros agresores.
La conversación derivó hacia la presunta inacción de la Dirección de Medio Ambiente municipal ante las reiteradas denuncias de vecinos por perros sueltos y peligrosos. Oyentes se comunicaron para compartir experiencias similares, denunciando la falta de respuestas efectivas e incluso señalando que el organismo es más diligente en multar por "cuchas comunitarias" que en abordar problemas de agresividad canina.
Un mensaje particularmente preocupante mencionó el caso de pitbulls que mataron a una mascota, donde la "solución" de Medio Ambiente habría sido dormir a los animales, eufemismo utilizado para referirse a sacrificarlos. Esta práctica generó indignación en el programa, cuestionando la efectividad y la ética de esta medida como única respuesta.
El subsecretario de Gestión Ambiental, David Acosta, había declarado previamente en el programa un enfoque en la castración y los operativos, pero la realidad que denuncian los vecinos parece contradecir esta imagen de gestión activa. La falta de cumplimiento de las ordenanzas municipales por parte del propio municipio fue otro punto crítico señalado.
Necesidad de soluciones urgentes
Edgar Pérez expresó su temor por la seguridad de sus hijos, quienes suelen jugar en el patio. La posibilidad de que sean atacados por los perros vecinos es una preocupación constante.
El programa también se solidarizó con otros vecinos de la zona, quienes recientemente sufrieron la pérdida de su perro atado tras ser atacado por una jauría. Este testimonio refuerza la gravedad del problema y la urgencia de una intervención efectiva.
La conclusión del debate fue un llamado a la acción por parte de las autoridades municipales. Se instó a dejar de lado el "autobombo" y a tomar cartas en el asunto de manera urgente, implementando soluciones a corto plazo que garanticen la seguridad de los vecinos y sus mascotas. La necesidad de una gestión tangible, que vaya más allá de las palabras, se hizo evidente ante el creciente malestar y la sensación de abandono por parte de la comunidad de las chacras.