
Además, adelantó que están por finalizar el balance inicial que presentará la futura sociedad anónima, condición necesaria para avanzar con la siguiente etapa: la negociación de los convenios colectivos de trabajo, otro de los puntos sensibles del proceso.
Consultado sobre cómo es posible que desde 2002 —con figuras de peso como Daniel Peralta o Aníbal Fernández al frente— nunca se haya activado algo tan elemental como un inventario, Gordillo fue contundente:
“YCRT nunca fue tratada como una empresa real. Funcionó más como una hacienda productiva del Estado que como una sociedad con patrimonio, ingresos, egresos y obligaciones contables”.
Según el interventor, la figura jurídica poco clara permitió que la empresa quedara a la deriva: “No se le exigió nunca un balance ni una gestión empresarial. Eso es lo que estamos cambiando”.
Gordillo reconoció que, si bien se ha iniciado un camino institucional más claro, los próximos meses serán clave para resolver temas de fondo, como los convenios colectivos, los pasivos, y la productividad real de las unidades que siguen dando negativo.
“Evito caer en chicanas políticas. Esto requiere un análisis serio: sin base contable ni jurídica sólida, la empresa siempre fue vulnerable”, manifestó.