La diputada radical por Santa Cruz, Roxana Reyes, generó un fuerte revuelo político al publicar en redes sociales detalles de su reunión con el presidente Javier Milei. En el encuentro, que se extendió por dos horas en la Casa Rosada, Reyes destacó haber dialogado sobre una amplia agenda legislativa y proyectos estratégicos para el país, incluyendo la continuidad de las represas en el sur y el impulso a la inteligencia artificial.
"Nos reunimos con el presidente para repasar la agenda de trabajo y las prioridades que requiere el país en esta etapa de cambios profundos", expresó Reyes en su posteo, agregando que Milei le transmitió agradecimiento por el apoyo a leyes clave. Sin embargo, su abierto respaldo a las políticas del oficialismo ultraderechista no cayó bien en sectores de la UCR ni entre sus adversarios políticos en Santa Cruz.
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La legisladora ha sido señalada por apoyar consistentemente iniciativas del gobierno libertario en el Congreso, lo que ha generado especulaciones sobre un posible salto definitivo a La Libertad Avanza (LLA). Este movimiento sería especialmente relevante de cara a las elecciones de 2025, donde podría competir directamente con Jairo Enoch Guzmán, referente de LLA en la provincia.
El posteo de Reyes desató una ola de cuestionamientos, tanto en redes sociales como en los pasillos políticos. Militantes radicales le reprocharon haber traicionado los valores de su partido, calificándola como una "radical con peluca" y sugiriendo que debería oficializar su pertenencia a LLA.
También se recordó el caso del senador libertario Eduardo Kueider, procesado por el intento de cruzar la frontera argentino-paraguaya con 200 mil dólares no declarados. "¿Será que el radicalismo ahora avala este tipo de prácticas?", ironizó un referente político provincial.
En paralelo, otros legisladores de la UCR, como Rodrigo De Loredo, manifestaron abiertamente su apoyo al gobierno de Milei, calificando al radicalismo como "el partido que más ayudó a consolidar este cambio". Esta postura evidencia una creciente fractura interna en la UCR, con sectores dispuestos a colaborar con la ultraderecha en el poder y otros que mantienen distancia crítica, como el caso del sector que lidera Martín Lousteau.