Este gigante, equivalente a cinco veces Nueva York, había estado girando en un fenómeno conocido como Columna de Taylor, un remolino que lo mantenía encallado en el lecho marino del Mar de Weddell. Su liberación y desplazamiento hacia el Atlántico Sur fueron confirmados por imágenes satelitales analizadas por el British Antarctic Survey (BAS).
A23a es el fragmento más grande del iceberg A23, que se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en 1986. Desde entonces, su estructura ha resistido el paso del tiempo gracias a un espesor promedio de 400 metros. Aunque inició un lento movimiento hacia el norte en 2020, su liberación completa ocurrió en 2023, marcando el inicio de su viaje hacia aguas más cálidas.
El calentamiento global podría haber acelerado el deterioro del A23a, que muestra bordes desgastados por temperaturas oceánicas más cálidas. Sin embargo, científicos como Lucas Ruiz, del Conicet, destacan que este fenómeno también podría ser parte del ciclo natural de vida de los icebergs. Aunque su núcleo permanece intacto, se espera que el iceberg continúe perdiendo masa al avanzar hacia zonas más cálidas.
El viaje de A23a hacia el Atlántico Sur influirá en los ecosistemas marinos. Según investigadores del proyecto BIOPOLE, los icebergs gigantes, como el A23a, aportan nutrientes al agua al derretirse, creando ecosistemas prósperos en su camino. Sin embargo, este proceso también genera alteraciones en los ciclos de carbono y nutrición del océano, cuyos efectos a largo plazo aún están siendo estudiados.
El A23a probablemente seguirá la Corriente Circumpolar Antártica hacia el “callejón de los icebergs”, un corredor que lo llevará a las cercanías de la isla subantártica de Georgia del Sur. Allí, se fragmentará en bloques más pequeños que finalmente se derretirán. Este proceso, aunque natural, simboliza la fragilidad de los ecosistemas antárticos frente a las anomalías climáticas, como lo señaló el informe Protecting a Changing Southern Ocean en octubre de 2024.
Con este desplazamiento, el A23a se convierte en un objeto de estudio clave para entender la interacción entre el hielo marino, los ecosistemas antárticos y el cambio climático global.