Esto significa que el consumidor abonó $3,50 por cada $1 que recibió el productor. Además, la participación del productor en los precios finales cayó drásticamente, situándose en un promedio de 25,4% en octubre, un descenso del 10% desde el 35,7% alcanzado en julio. La diferencia varió ampliamente entre productos, con el pollo alcanzando la mayor participación (50,7%) y la mandarina la menor (10,8%).
CAME destacó el impacto de factores de costo como insumos dolarizados, tasas municipales, transporte, logística, arrendamientos y salarios. Estos costos afectan directamente los márgenes de ganancia y el precio final para el consumidor, quienes siguen pagando altos precios pese a la recuperación de producción en ciertos sectores.
El sector frutihortícola evidenció un incremento del 5,1 veces en el precio de las frutas y verduras desde su origen hasta el consumidor, un aumento del 6,2% en comparación con septiembre. La normalización de las temperaturas y las lluvias favorecieron la oferta de productos de temporada, lo que moderó algunos precios, pero no impactó en una baja significativa para los consumidores. Por ejemplo, la cebolla mostró una reducción en su precio al productor del 45,8%, aunque solo bajó un 13,2% en góndola.
En octubre, los productos de origen animal registraron un incremento promedio de 2,9 veces desde el productor al consumidor, sin variación respecto al mes anterior. La carne vacuna destacó por una baja en el consumo anual de aproximadamente el 12%, pasando de 49,5 kg a 44 kg por habitante.
Entre los productos con mayor disparidad de precios se encuentran la mandarina, con un aumento de 9,2 veces del campo a la góndola, y la cebolla, que mostró una diferencia de 7,7 veces. Estos aumentos responden a factores como la disponibilidad limitada de fruta en planta para la mandarina y la recuperación en la oferta de cebolla. En el caso de frutas como la manzana y la pera, la oferta excedente en el mercado local por una menor exportación redujo el precio al productor, mientras que en góndola se registraron aumentos del 3,4% para la manzana y del 1,8% para la pera.
El pollo fue el producto con la menor brecha de precios, con un aumento de 2 veces del productor al consumidor. Otros productos como los huevos (2,1 veces), el ajo (2,1 veces) y la calabaza (2,7 veces) también reflejaron incrementos bajos en comparación con otras frutas y verduras. La calabaza, por ejemplo, mostró un alza del 87,5% en origen debido a una alta demanda y de 26,9% en góndola.
El próximo martes, el Indec publicará el Índice de Precios al Consumidor (IPC), siendo el dato de inflación de octubre clave para proyectar la tendencia en agroalimentos. El último dato del IPC de la Ciudad de Buenos Aires mostró un avance general del 3,2% y un 1,7% en alimentos, con los mayores aumentos en productos como lácteos y huevos (2,8%) y carnes (2,1%). Este contexto sugiere que, a pesar de una leve recuperación de producción, los precios de los agroalimentos mantienen una alta carga inflacionaria en el bolsillo del consumidor.