Según el informe, el 94% de los estudiantes que comenzaron primer grado en 2018 llegaron a sexto grado en 2023 en el tiempo esperado, una mejora respecto a cohortes previas: la cohorte 2011-2016 alcanzó el 88%, mientras que la de 2016-2021 llegó al 92%.
Sin embargo, esta mejora en la continuidad escolar no garantiza un aprendizaje de calidad. De esos 94 estudiantes, solo el 45% cumple con los aprendizajes esperados en Lengua y Matemática, una baja en comparación con cohortes anteriores (46% en 2011-2016 y 50% en 2016-2021). El IRE considera las evaluaciones de la prueba Aprender, que mide el desempeño de los alumnos en conocimientos esenciales de estas materias al finalizar la primaria.
A pesar de los avances en la continuidad escolar, el informe del IRE resalta una disminución en los niveles de aprendizaje. Según Sandra Ziegler, investigadora de FLACSO y coautora del informe, aunque las políticas educativas han priorizado el acceso y la permanencia, se requiere un enfoque integral que también fortalezca la enseñanza. “Es esencial que las políticas educativas consideren tanto la continuidad como la calidad del aprendizaje para asegurar el éxito de los estudiantes en la educación obligatoria”, puntualiza Ziegler.
Irene Kit, pedagoga y presidenta de la asociación Educación para Todos, señala que la estabilidad en los aprendizajes, en paralelo con una mayor permanencia, es una señal positiva. Sin embargo, advierte sobre el bajo rendimiento en Matemática en comparación con Lengua, un problema que no recibe la atención necesaria.
El informe revela una fuerte correlación entre los resultados del IRE y el nivel socioeconómico de los estudiantes. Las provincias con los mejores índices de aprendizaje en sexto grado son la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (61%), Córdoba (57%), Tierra del Fuego (48%) y La Pampa (48%). En el extremo opuesto se encuentran Santiago del Estero (34%), San Juan (34%), Catamarca (34%) y Chaco (30%), donde los porcentajes son considerablemente bajos.
Esta desigualdad se observa también a nivel departamental. En Pocho, Córdoba, el 79% de los estudiantes llega a sexto grado a tiempo y con conocimientos satisfactorios, la cifra más alta a nivel nacional. En cambio, departamentos en Chaco y La Rioja reportan resultados alarmantes: en Independencia, solo el 15% de los alumnos cumple con los objetivos de aprendizaje, un reflejo de las brechas educativas en las regiones más vulnerables del país.
Para reducir estas brechas, el informe sugiere implementar políticas educativas que integren la continuidad y la calidad de los aprendizajes, estableciendo indicadores de rendimiento por grado y reforzando la capacitación docente en competencias clave. Según Ziegler, los equipos directivos y la formación docente deben alinearse con estos objetivos para ofrecer un apoyo efectivo a los estudiantes.
Kit, por su parte, enfatiza la necesidad de que las escuelas prioricen los saberes en Lengua y Matemática, fundamentales para el desarrollo académico y personal de los alumnos. “Es fundamental fortalecer estos aprendizajes para que los estudiantes puedan afrontar con éxito la secundaria y las demandas de la vida cotidiana”, concluye Kit.
El aumento en la continuidad escolar refleja un logro importante en la educación argentina, pero el desafío sigue siendo mejorar los aprendizajes en áreas fundamentales. Las conclusiones del IRE subrayan la importancia de que los esfuerzos educativos no solo se enfoquen en asegurar la permanencia en la escuela, sino también en garantizar que los estudiantes adquieran los conocimientos esenciales para su desarrollo integral. La reducción de desigualdades y el enfoque en competencias clave son pasos necesarios para lograr una educación equitativa y de calidad en todo el país.