La medida, en reclamo de una recomposición salarial urgente, se produce en un contexto de tensión creciente entre los gremios aeronáuticos y el gobierno de Javier Milei, que acusa a los sindicatos de defender “privilegios”. Los gremios, por su parte, desmintieron las cifras difundidas por el gobierno, señalando que sus salarios están muy lejos de los montos millonarios mencionados.
El conflicto se centra en la exigencia de un aumento salarial del 25% por parte de los gremios, quienes denuncian un retraso del 80% en los sueldos. Las asociaciones sindicales difundieron recibos de sueldo para exponer la disparidad salarial, mostrando montos netos que oscilan entre los $392,639 y $883,423. El gremio AAA argumenta que con un tercio del ajuste solicitado, se podría destrabar el conflicto.
El gobierno de Javier Milei se mantiene firme en su postura de no conceder aumentos salariales mayores. Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, afirmó que no habrá margen para mejorar la oferta actual, que en algunos casos fue aceptada por otros sindicatos. Desde Aerolíneas Argentinas, la empresa estatal asegura que los sueldos de los tripulantes pueden llegar hasta $5 millones, dependiendo de la antigüedad y horas de vuelo, y que la propuesta actual incluye mejoras ligadas a la productividad.
El paro paralizó completamente las operaciones en Aeroparque y el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, con demoras y cancelaciones que se extendieron a lo largo de la jornada. Aerolíneas Argentinas informó que el costo económico de la medida ascendió a entre 2.5 y 3 millones de dólares, además de una significativa caída en las reservas, tanto en vuelos domésticos como internacionales.
A pesar de la finalización del paro, el conflicto parece lejos de resolverse. Los gremios advirtieron que podrían retomar las protestas si no hay avances en las negociaciones. Marcelo Belelli, secretario general de ATE ante la ANAC, anticipó medidas de fuerza para la próxima semana, en caso de no recibir una respuesta favorable del gobierno. Además, el rechazo de los gremios incluye el despido de tres comandantes que se negaron a operar un avión, lo que ha intensificado aún más la tensión en el sector.
El conflicto salarial entre Aerolíneas Argentinas y los gremios de pilotos y tripulantes parece no tener una solución a corto plazo. Con posturas rígidas tanto del gobierno como de los sindicatos, es previsible que las medidas de fuerza continúen en los próximos días, generando nuevos inconvenientes para los pasajeros y un impacto económico negativo para la aerolínea estatal.