El punto crucial de esta teoría radica en el comportamiento de la proteína sinucleína, que, al plegarse de manera incorrecta en las neuronas del intestino o del corazón, se convierte en tóxica. Esta proteína mal plegada podría migrar al cerebro a través del nervio vago, que conecta directamente estos órganos con el sistema nervioso central.
La acumulación anormal de sinucleína en el cuerpo no solo es letal para las neuronas, sino que también es clave para entender la progresión de la enfermedad de Parkinson. La proteína mal plegada, presente en las neuronas del sistema digestivo o cardiovascular, viaja al cerebro y mata las células nerviosas a medida que avanza. Este proceso explica por qué algunos síntomas, como la constipación o la hipotensión ortostática, pueden preceder el diagnóstico de Parkinson por años.
Estudios epidemiológicos apoyan esta teoría. En Hawai, un estudio de 40 años mostró que pacientes diagnosticados con Parkinson habían reportado constipación mucho antes del diagnóstico, sugiriendo que la enfermedad podría empezar en el sistema digestivo.
En cuanto a los tratamientos, los avances también son prometedores. Se están desarrollando anticuerpos monoclonales que podrían detener la progresión de la sinucleína tóxica en el cerebro. Además, nuevas vacunas y tratamientos están en fases de ensayo clínico, con la esperanza de prevenir o ralentizar el avance del Parkinson en sus primeras etapas.