La Cámara de Comercio de Perito Moreno se reunió el primer martes de noviembre en las instalaciones de Newmont Cerro Negro. El presidente de la CCITA, Pablo Jaramillo, convocó a empresas prestadoras de servicios y vecinos para abordar inquietudes planteadas por los empresarios hacia la minera. La convocatoria tuvo como destinatario al gerente general de Newmont Cerro Negro, Marcelo Campos.
En el marco de esta reunión, representantes de empresas prestadoras de servicios y vecinos expresaron su preocupación por las recientes decisiones de la empresa. Manifestaron que la localidad se siente relegada en relación a las actividades de la empresa, a pesar de que históricamente ha contado con el respaldo de la comunidad.
Los vecinos señalaron que la oficina local de la empresa se ha ido vaciando gradualmente y que su acceso para cualquier gestión se ha vuelto prácticamente inexistente. Además, hicieron hincapié en el problema de las compras y contrataciones que no benefician a la localidad.
Otra inquietud planteada fue el cierre del banco HSBC en la localidad, lo que afecta a los habitantes al reducir la disponibilidad de cajeros automáticos y perjudicar a los trabajadores de la mina que utilizan las tarjetas vinculadas a esta red bancaria. Además, esto impacta negativamente en el turismo local, que depende de dicha red bancaria.
Los vecinos también mencionaron que las viviendas construidas por la empresa para el personal jerárquico ahora no están ocupadas por gerentes y sus familias, lo que denota un distanciamiento y falta de empatía con la comunidad de Perito Moreno.
Se denunció también, que las canteras de áridos de Perito Moreno ya no satisfacen las necesidades de la empresa, lo que resulta en costos de transporte elevados al traer material desde otras localidades. Esto carece de justificación, ya que en la localidad hay recursos similares disponibles.
En el ámbito de los insumos de seguridad, como la recarga de matafuegos, las empresas locales son ignoradas, y se recurre a proveedores externos, comprándoles sólo en casos de urgencia. Lo mismo sucede con la compra de pan, que se realiza en lugares lejanos en lugar de apoyar a las empresas locales.
Además, se destacó que muchos productos y servicios consumidos por la actividad minera son representados por intermediarios ficticios en la localidad, lo que perjudica a los verdaderos negocios establecidos en Perito Moreno.
El transporte de personal y cargas se ha convertido en un monopolio de un único grupo empresarial, excluyendo a los empresarios locales de oportunidades significativas y afectando a la comunidad al reducir empleo.
Los empresarios solicitaron una relación más fluida y constante con funcionarios de la empresa que tengan el poder de tomar decisiones. Esto, según ellos, contribuiría a consolidar la licencia social necesaria para la operación minera. También abogaron por la participación de la actividad minera en proyectos que beneficien a la comunidad, como el turismo y la financiación del aeropuerto local.
Además, se denunció que la empresa dejó de utilizar la Ruta 40 como entrada y salida del yacimiento sin presentar evidencia sólida de peligro de derrumbe.