
Valentín explicó que existía un acuerdo paritario que incluía una cláusula de revisión para este mes, pero que el Ejecutivo santacruceño la está desconociendo. Según el Gobierno, la paritaria vigente se extiende hasta fin de año e incluye una cláusula gatillo para acompañar la inflación.
Desde ADOSAC aclaran que la cláusula gatillo no reemplaza la discusión de fondo: la pérdida salarial de los últimos años. A principios de 2024, el gremio reclamaba una recuperación del 50%, pero solo se otorgó un 10%.
“Otros gremios ya recibieron aumentos. No entendemos por qué este encono con los docentes”, planteó Valentín.
ATE, UPCN, el personal del IDUV y trabajadores de la sanidad ya han accedido a mejoras salariales. Para ADOSAC, la discriminación hacia su sector es evidente y contradictoria con los discursos de campaña del oficialismo.
Además, cuestionó las recientes declaraciones del ministro de Trabajo, Ezequiel Verbes, quien afirmó que los docentes trabajan solo cuatro horas diarias:
“Eso es mentira. No cuentan todo el trabajo que llevamos a casa”, replicó Valentín.
También desmintió las acusaciones de que ADOSAC responde a intereses kirchneristas, y devolvió el golpe: “En todo caso, son ellos los que tienen funcionarios de primer nivel que vienen de gestiones K. Verbes y la presidenta del CPE, Iris Rasgido, son dos claros ejemplos”.
Durante las 72 horas de medida de fuerza, ADOSAC llevará adelante:
Panfleteadas para explicar a la sociedad los motivos del conflicto.
Una movilización al Ministerio de Trabajo, para demostrar que los docentes trabajan mucho más que 4 horas.
Asambleas en escuelas y reuniones con delegados.
Valentín insistió en que es “grave” que el ministro de Trabajo tome partido sin contar con información verificada y actúe como vocero de una parte del conflicto.
La situación edilicia de los establecimientos educativos también fue foco de la denuncia sindical. Según Valentín:
Las escuelas están en “muy malas condiciones”, lo que muchas veces impide el normal desarrollo del acto educativo.
Aunque haya algunas obras, “por cada problema que se arregla, aparecen tres nuevos”. El deterioro avanza más rápido que las soluciones.
Falta una política de mantenimiento. Durante años no se atendió el estado de los edificios, y ya no existe un área provincial de mantenimiento público, como sí funcionó en la década del 90, antes de ser eliminada durante el gobierno de Néstor Kirchner.
Como consecuencia, cuando algo se rompe, se requieren grandes inversiones en lugar de simples reparaciones.
Los docentes deben poner plata de su bolsillo para comprar tizas, borradores, registros y hasta azúcar para la copa de leche. “Estamos haciendo vaquitas para comprar insumos básicos. No se puede dar clase así”, dijo Valentín.