lunes 07 de julio de 2025 - Edición Nº2406

Política | 6 jul 2025

Arte local

Una bolsa de agua caliente y una sala llena de resistencia: el teatro que interpela desde Caleta Olivia

La Casa de Teatro Patagonia presentó un ensayo en vivo este fin de semana de una obra escrita en la década del 60 pero con más vigencia que nunca.



Fue una función cargada de contenido político, artístico y emocional. 

La obra presentada fue La bolsa de agua caliente, del dramaturgo Carlos Somigliana, un texto escrito en 1966 que, sin embargo, resonó con una inquietante actualidad.

Bajo la dirección de Jorge Montoya, también actor en escena, el grupo puso en el centro del escenario los asuntos que hoy conmueven a una parte de la Argentina: la mezquindad, el poder y la injusticia social. ¿Qué hacer cuando lo imprescindible —en este caso, una simple bolsa de agua caliente— escasea? ¿Se comparte? ¿Se retiene? ¿Se entrega a quien tiene más poder?

Montoya, junto a la también histórica Patricia Sampaoli, compartió escena con una sólida Susana Acrich —en el cómico y grotesco papel de una suegra manipuladora — y también otra brillante Silvina Sotomayor Amelung, encarnando a una inquilina, profesora de secundario elitista que desprecia el origen popular de sus alumnos de una escuela del conurbano, a los que califica como “cabecitas negras”.

El contrapunto entre esos personajes y el clímax final, donde Montoya interpela a todos desde el escenario, fue el punto más alto de una obra que pareció escrita en 2025, en esta plena crisis social y política.

Así lo entendieron también los espectadores, que participaron activamente del debate posterior propuesto por el propio director. Las reflexiones colectivas coincidieron en lo mismo: la historia argentina parece repetirse.

La función se dio en el marco del festival Entró (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa), una iniciativa federal en defensa del Instituto Nacional del Teatro (INT), hoy desfinanciado y amenazado por los recortes del actual gobierno de Javier Milei.

La actividad, además, fue un llamado de atención sobre el rol del Estado en la promoción de la cultura y la dramática situación que viven los grupos independientes y los organismos culturales ante la retirada de apoyos históricos nacionales.

“Hay que pasar a la acción”, propuso Melina Montoya, hija de Jorge, durante el intercambio. Su frase condensó el sentimiento general de la noche: el arte no es un lujo, sino una forma de resistencia, de comunidad, de vida.

Allí estuvieron también referentes de otras agrupaciones teatrales locales como CEMEPA, Quiproquo y el Galpón Murguero, todos parte de una red que resiste colectivamente al silenciamiento cultural.

La metáfora final quedó en la voz de uno de los asistentes: “Que nuestras presencias sean las bolsas de agua caliente que no dejen enfriar ni enfermar de muerte a la cultura nacional”.

Al final, la subsecretaria de Cultura, Dana Moreno, entregó un reconocimento al grupo teatral organizador. 

 

Por Marcelo del Valle Romero para La Vanguardia Noticias

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