
En mayo de 2025, el gobierno nacional registró un superávit fiscal primario de $1,7 billones y un resultado financiero positivo de $0,7 billones, incluso tras el pago de $1 billón en intereses de deuda. Sin embargo, este resultado no se explica por un crecimiento de la recaudación, sino por una contracción sin precedentes del gasto público.
Así lo afirma el último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que alerta sobre el impacto de estas medidas de ajuste. Las erogaciones del Sector Público Nacional alcanzaron los $9,7 billones en mayo, lo que representa una caída interanual del 1,9% en términos reales. La comparación con mayo de 2023 es aún más drástica: un retroceso del 30%.
“El gasto público volvió a contraerse por segundo mes consecutivo, interrumpiendo la tendencia de crecimiento que se había visto en el primer trimestre”, señala el CEPA.
Las partidas más afectadas fueron:
Gastos de capital (obra pública): cayeron 34% frente a 2024 y 85% frente a 2023, sin señales de recuperación.
Programas sociales (Tarjeta Alimentar, comedores, Acompañar, ex Potenciar Trabajo): recorte del 18% interanual y 40% respecto a 2023.
Subsidios económicos (principalmente energía): retroceso del 54% interanual y 68% frente a mayo de 2023.
Transferencias a universidades: caída del 25% respecto al mismo mes del año pasado.
Menos recaudación
En paralelo, los ingresos del Estado también cayeron. El total recaudado en mayo fue de $11,4 billones, un 13,9% menos en términos reales respecto al año anterior. La caída fue aún más fuerte en los ingresos tributarios (-14,5%), destacándose desplomes en el Impuesto a las Ganancias (-44,2%) y en Derechos de Exportación (-37,9%).
Incluso el IVA neto de reintegros, indicador directo del consumo, mostró una leve baja del 0,4%, confirmando la contracción económica.