Pedro Cormack: “El Estado debe garantizar la educación, pero sin excluir la participación crítica de las escuelas”

Cormack remarcó que es urgente que los trabajadores de la educación y los gremios no se limiten a los debates sobre salarios, condiciones edilicias o infraestructura.

“Debemos avanzar hacia lo pedagógico y curricular. Eso es superlativo”, señaló, y propuso que las subcomisiones laborales discutan estos temas en profundidad.

Reclamó un acompañamiento pedagógico real, no procedimientos persecutorios que terminen culpando al docente de todos los males del sistema.

Criticó el modelo verticalista que baja lineamientos sin escucha activa: “La participación tiene que ser directa desde las escuelas. Los docentes conocen mucho mejor la realidad que los tecnócratas que deciden en cuatro paredes”.

Además, defendió la necesidad de una escuela con voz propia, donde el alumnado se forme de manera crítica: “La protesta es parte de un derecho básico universal. No hay que enseñar a callarse o agachar la cabeza”.

Un Estado presente, garante y lejos del oportunismo político

Para Cormack, el Estado es el principal responsable de garantizar el derecho a la educación. Esto incluye desde inversiones significativas hasta políticas de formación docente sostenidas en el tiempo.

Rechazó con firmeza las medidas parciales o cortoplacistas, y diferenció el enfoque nacional del plan de alfabetización —centrado solo en las escuelas con peores resultados— del modelo que propone Santa Cruz: “Aquí proponemos que el plan atraviese toda la trayectoria escolar del estudiante, desde inicial hasta secundaria”.

Críticas al oportunismo legislativo y la “política berreta”

Cormack también se manifestó en contra de los proyectos legislativos que, como el que intenta restringir protestas cercanas a escuelas, “limitan la expresión y van contra el derecho a la protesta”. “Es ridículo. Les pido a los legisladores que se ocupen de los problemas reales de Santa Cruz”.

Cerró señalando que se necesita una política educativa pensada a largo plazo, alejada de los intereses partidarios y enfocada en procesos extensos, con objetivos claros y participación genuina: “No necesitamos más política berreta. Necesitamos decisiones que partan de la realidad pedagógica y no del oportunismo electoral”.