miércoles 18 de junio de 2025 - Edición Nº2387

Política | 11 jun 2025

Polémica

“No es prohibir, es poner orden”: Fabiola Loreiro defendió su proyecto sobre ruidos en las escuelas

La diputada oficialista del partido SER, Fabiola Loreiro, salió al cruce de las críticas hacia su proyecto de ley que propone regular manifestaciones ruidosas en las inmediaciones de establecimientos educativos durante el horario escolar.



A través de sus redes sociales, la legisladora aclaró que la iniciativa no busca limitar el derecho a la protesta, sino proteger el derecho de niños, niñas y adolescentes a estudiar en condiciones adecuadas.

“Los bombos, megáfonos y gritos no solo se escuchan: interrumpen, alteran, y muchas veces paralizan el funcionamiento escolar. Eso también es violencia, pero contra la educación”, expresó.

 

Un límite de 200 metros para garantizar clases en paz

 

El proyecto en cuestión propone establecer un perímetro de 200 metros desde el perímetro escolar donde no puedan realizarse manifestaciones con alto volumen sonoro mientras haya actividad académica.

“Este proyecto no prohíbe la protesta, ni toca el derecho a reclamar o peticionar. Lo único que hace es poner un límite a manifestaciones ruidosas durante las clases, para proteger el derecho de los chicos a estudiar en paz”, afirmó Loreiro, cuestionando a quienes, según ella, “recortan el texto para construir un relato falso”.

En el mismo mensaje, la diputada denunció que “algunos medios publican solo los artículos del proyecto pero ‘se olvidan’ de la fundamentación”, lo que —según indicó— distorsiona la intención de la propuesta.

 

Debate abierto

 

La legisladora también señaló que la normativa aún no ha sido sancionada: “Es un proyecto que tiene su pase a comisión, y allí será debatido, analizado, e incluso modificado si es necesario. Se invita a distintas partes a participar del proceso legislativo”.

En su publicación, Loreiro apeló al artículo de la Constitución Nacional que garantiza el derecho a un ambiente sano y equilibrado, argumentando que la educación es una actividad esencial y productiva que también debe ser protegida.

“Lo que molesta a algunos no es el texto del proyecto, sino que nos animamos a tocar temas que nadie quiere ordenar por miedo a la crítica fácil”, sentenció.

El proyecto promete abrir un nuevo capítulo en la discusión sobre el equilibrio entre el derecho a protestar y el derecho a estudiar. Y la controversia, por ahora, está servida.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO: