
La actividad, que tuvo lugar en el borde norte del estuario, contó con la participación de diversas organizaciones y asociaciones. Se logró recolectar una cantidad significativa de residuos que impactaban negativamente la biodiversidad y el paisaje del área. Un desafío logístico superado fue el acceso al borde norte, facilitado por el uso de varias embarcaciones que trasladaron a los participantes y permitieron el acopio de los desechos.
El estuario del río Gallegos, conocido por su rica avifauna y su considerable valor ecológico, se vio directamente beneficiado por esta acción conjunta. La jornada no solo culminó con la remoción de una gran cantidad de basura, sino también con la renovación del compromiso de la comunidad de Río Gallegos con la protección de su patrimonio natural, sentando un precedente para futuras colaboraciones ambientales.