
Destacó el avance en la reactivación del astillero, la llegada de inversiones chinas y los trabajos para la certificación portuaria, todo enmarcado en la necesidad urgente de diversificar la economía provincial.
“La pesca es uno de los puntales para pensar alternativas de desarrollo en Santa Cruz”, aseguró Uribe al inicio de la entrevista, recordando que la actividad portuaria tiene un potencial todavía no del todo explotado. “Venimos insistiendo hace años en la necesidad de reactivar el astillero y abrir el puerto a nuevos mercados. Hoy eso está en marcha”, agregó.
Uno de los hitos clave es la reactivación del gran astillero abandonado de Caleta Olivia, cuya obra fue recientemente tratada en la Cámara de Diputados con la presencia del ministro Gustavo Martínez. Según Uribe, su puesta en funcionamiento permitiría generar entre 200 y 250 empleos directos. Actualmente, sólo funciona un astillero más pequeño, perteneciente a la empresa API, con capacidad para uno o dos barcos chicos.
Uribe también resaltó el rol estratégico que podría jugar la zona franca adyacente al puerto: “Tenemos un puerto pegado a una zona franca que no ha sido aprovechada. Con el trabajo conjunto del Ministerio de Producción, la empresa Santa Cruz Puede y empresarios chinos, se proyecta una fuerte inversión en infraestructura y la instalación de una nueva planta de procesamiento pesquero”.
Consultado sobre el funcionamiento actual del puerto, Uribe explicó que el buque artesanal Liliana está operativo, a pesar de las críticas recibidas por distribuir merluza durante Semana Santa. “Lo importante es que está trabajando y generando empleo”, dijo. En paralelo, se avanza con las gestiones para que más barcos con cuota de langostino puedan descargar en puertos santacruceños, aunque persisten tensiones laborales entre el sindicato SOMU y las empresas armadoras.
En relación al estado de certificación portuaria, el panorama es desigual. “Caleta Olivia y Puerto Deseado todavía están lejos”, admitió. “Pero se ha avanzado mucho. De 18 puntos críticos, nos faltan resolver seis o siete, entre ellos defensas y cantoneras, que implican los mayores costos”. En cambio, el puerto de Punta Quilla se perfila como el más próximo a ser certificado, tras realizar ejercicios conjuntos con Prefectura y charlas de seguridad para el personal.
La entrevista también abordó el estado de las relaciones con los trabajadores. Uribe celebró el diálogo fluido con representantes gremiales, en especial en Puerto Deseado, donde recientemente fue reelecto el delegado del SUEP.
Sobre la proyección para este año, Uribe fue enfático: “Hoy tenemos herramientas, hay inversores interesados, y lo de los empresarios chinos ya es un hecho. Se habló mucho, se dijo que era un cuento chino, pero hoy es una realidad concreta. El gobernador se puso al hombro la recuperación de puertos que fueron abandonados durante años”.
A modo de cierre, señaló que la reconstrucción portuaria será un proceso largo y costoso, con inversiones que deben medirse en dólares. “Estamos hablando de inspecciones, defensas, escaleras, luminarias. La boya de ingreso al canal, por ejemplo, no estaba en su lugar desde 2023. La estamos reparando y pronto volverá a su sitio”, detalló.