
El diálogo abordó temas clave como la explotación del Shale Gas en Chubut, el futuro del GNL y los desafíos logísticos y de competitividad en el sector.
Uno de los anuncios más relevantes en la región es el proyecto de Pan American Energy (PAE) para desarrollar Shale Gas en el área Cerro Dragón, en la formación D-129. Este gas, que hasta ahora se utilizaba para generación interna o se reinyectaba, comenzará a explotarse con fines comerciales. Este anuncio lo hicieron hace unas semanas el CEO de PAE, Bulgheroni y el propio gobernador de Chubut, Ignacio Torres.
Según explicó Mottura, se trata de una iniciativa "piloto" que busca estabilizar la producción en la cuenca del Golfo San Jorge, que atraviesa un fuerte declino desde la pandemia. Aunque D-129 es una formación sub-explorada en profundidad, ya existen algunos pozos con información valiosa, y el objetivo es conectar más pozos este año o el próximo.
La diferencia de escala con Vaca Muerta es notoria: mientras en Neuquén existen 51 concesiones no convencionales, esta sería la primera en Chubut. Esto implica un gran desafío en términos de atracción de inversiones, tecnología disponible y logística, aunque también abre la puerta a un potencial aún poco explorado.
En D-129 ya se están utilizando técnicas similares a las neuquinas: pozos horizontales de hasta 3000 metros y fracturas múltiples. Sin embargo, para una explotación masiva se necesitarán más sets de fractura, una tecnología limitada y muy demandada, que genera una verdadera “pelea intercuencas” por su uso.
Otra técnica clave en la región es la recuperación terciaria mediante polímeros, aplicada especialmente en campos maduros del Golfo San Jorge. Empresas como Capsa/Capex e YPF ya la implementan con buenos resultados, como forma de extender la vida útil de los yacimientos tradicionales.
Con un precio internacional del gas poco atractivo, las miradas están puestas en el Gas Natural Licuado (GNL) como alternativa exportadora. Mottura comentó que el objetivo es instalar buques de licuefacción en el Golfo San Matías (Río Negro) y, a futuro, también en zonas más cercanas a los yacimientos, como Chubut o Santa Cruz.
Para esto, se evalúa el uso del gasoducto San Martín, que actualmente transporta gas del offshore fueguino, como vía clave para alimentar estos barcos. El desarrollo de esta infraestructura logística será crucial para el despegue del GNL patagónico.
En cuanto a las inversiones extranjeras, Mottura advirtió que las grandes transnacionales siguen siendo cautelosas. Por ahora, la mayoría de las inversiones provienen de empresas nacionales o con base en el país. No obstante, hay expectativas de que el gas —sobre todo con destino a Europa, tras la guerra en Ucrania— sea un atractivo para nuevas inversiones internacionales.
Por otro lado, el costo del barril y la competitividad laboral son temas centrales. En Comodoro Rivadavia, se espera un acuerdo entre empresas y sindicatos para bajar costos laborales a través de una “adenda de competitividad”, similar —aunque más moderada— a la aplicada en Neuquén.
En síntesis, la Patagonia se encuentra en un momento de inflexión energética. Entre la puesta en marcha del Shale Gas en D-129, la apuesta al GNL, la recuperación en campos maduros y los desafíos de infraestructura e inversión, el desarrollo energético regional dependerá de decisiones estratégicas para posicionarse en el nuevo mapa energético nacional e internacional.