
Esto implicará que cinco de cada 10 hombres y siete de cada 10 mujeres no podrán jubilarse. Como alternativa, solo podrán acceder a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), aunque bajo requisitos más estrictos y con un haber considerablemente menor.
Con el nuevo esquema, quienes no completaron los 30 años de aportes deberán seguir trabajando o bien aceptar la PUAM, que equivale al 80% de una jubilación mínima. Actualmente, este haber es de $223.297,37, mientras que la jubilación mínima es de $279.121,71.
Además, el bono de $70.000 que complementa las jubilaciones y pensiones está congelado desde hace un año. De haberse actualizado según la fórmula previsional, debería ser de $148.815.
El fin de la moratoria también implica un cambio de hecho en la edad jubilatoria de las mujeres. Mientras que con el sistema actual pueden acceder a una jubilación a los 60 años, la PUAM solo se otorga a partir de los 65 años, la misma edad que se exige para los hombres.
Además, la PUAM no genera derecho a pensión para cónyuges ni hijos con discapacidad, y tampoco es compatible con pensiones por fallecimiento.
Para solicitar la Pensión Universal para el Adulto Mayor se deben cumplir los siguientes requisitos:
Con este nuevo escenario, miles de adultos mayores quedarán sin acceso a una jubilación tradicional y dependerán de un esquema más restrictivo y con menor cobertura.