
“Tenemos una superpoblación de empleados municipales”, reconoció Marcel, y descartó de plano cualquier posibilidad de incorporar a los despedidos de YPF: “No nos permite ni estamos en condiciones, ni están los planes del intendente”.
Si bien el municipio no sumará empleados, el funcionario afirmó que se trabajará para asistir a los trabajadores afectados. “La Secretaría Socioeconómica va a impulsar planes de capacitación, guías para emprendedores”, adelantó.
Marcel recordó que en otras épocas, la salida de empleados de YPF provocó crisis sociales en distintas provincias: “Lo vivimos en Neuquén, en Salta, y ustedes lo vivieron acá en carne propia”. Por eso, señaló que se busca evitar que los trabajadores que acepten el retiro malgasten el dinero recibido y queden sin ingresos en pocos meses.
“Los trabajadores que hoy van a ingresar a retiros voluntarios van a gozar, entre comillas, de una cierta cantidad de dinero de manera inusual por una sola vez”, explicó. Sin embargo, advirtió que muchas veces, por falta de asesoramiento, “se comen la plata o se cometen algunos errores: todos ponen un kiosco, todos se compran una camioneta”.
En los años ‘90, recordó Marcel, “muchos despedidos de YPF se compraban un Volkswagen Polo y ponían un remís”, lo que generó un excedente de taxis y remises. Hoy, aseguró, existe preocupación en el sector, ya que se calcula que ingresarán 45 nuevos remises en Caleta Olivia tras los retiros voluntarios.
Para evitar que la situación se descontrole, el municipio buscará articular soluciones con el sector privado. “Vamos a trabajar con los bancos, vamos a trabajar con las empresas”, aseguró Marcel, y explicó que se busca ofrecer una red de ayuda para que los trabajadores puedan invertir su dinero en proyectos rentables que también beneficien a la ciudad.
Mientras tanto, la incertidumbre persiste entre los trabajadores de YPF, que esperan definiciones sobre su futuro laboral.