Corrían los años 70, en plena efervescencia del boom del folklore nacional, cuando el icónico Daniel Toro, autor de clásicos como Zamba para olvidar, llegó a Caleta Olivia para participar en uno de sus festivales. En ese entonces, la ciudad apenas comenzaba a crecer, con casi diez mil habitantes.
Algunos memoriosos contaron a la redacción de La Vanguardia Noticias que Daniel Toro habia quedado fascinado con el paisaje marino y, también, con las muchachas caletenses (existen también los rumores de algún romance con alguna de ellas). Fue esa combinación de mar, cielo, romanticismo y humanidad la que lo inspiró a dedicarle una canción a este pequeño pueblo. Así nació Pueblito Azul, una composición al ritmo de loncomeo que refleja la esencia de Caleta Olivia de esa época.
Aunque muchos atribuyen la letra a Daniel Toro o a otros poetas, la página oficial de YouTube del artista revela que el autor fue Acho Manzi, hijo de Homero Manzi, uno de los poetas más célebres del tango. Acho Manzi, fallecido en 2013, dejó su huella en la música argentina con obras que combinan profundidad y sensibilidad, como Rivera Norte y Padre.
La colaboración entre Toro y Manzi no solo produjo un tema entrañable, sino también un vínculo cultural inesperado entre la Patagonia y la tradición literaria porteña. La canción, que abre con los versos:
"Lugar de cielo y mar donde perdí mi soledad,
hielo en tu corazón, mar y ternura,
gaviota del amor, mujer y espuma,
Caleta Olivia mi pueblo, pueblito azul mi pueblo,"
captura el espíritu del paisaje costero y la melancolía del sur argentino.
Hoy, Pueblito Azul no solo es una oda a la ciudad, sino también un himno no oficial que muchos recuerdan con cariño. La mezcla del loncomeo con el profundo coro del cuarteto Urpillay evoca la fuerza de los pueblos originarios, mientras la letra transforma a Caleta Olivia en una postal costero, marina, esteparia.
A pesar de los años, la conexión entre Daniel Toro, Acho Manzi y la ciudad sigue despertando curiosidad: ¿fue Manzi alguna vez a Caleta Olivia para inspirarse? ¿Cómo fue su proceso creativo al escribir sobre un lugar tan lejano de su Buenos Aires natal? Estas preguntas permanecen abiertas, pero el sentimiento que despierta la canción es incuestionable.
En este aniversario, Pueblito Azul vuelve a sonar en la memoria colectiva, un recordatorio de cómo la música y la poesía pueden capturar la identidad de un lugar.