Este cambio, impulsado por la necesidad de optimizar la trazabilidad y el control de las recetas, implicó la transición a Farmalink, la empresa que había validado recetas para otras obras sociales. Esta nueva plataforma se utiliza ahora en más de 14,000 farmacias del país, con la promesa de mejorar el acceso y asegurar una cobertura integral para los jubilados.
El proceso de transición presentó fallas, como la imposibilidad de reconocer algunas prescripciones previas al 1 de noviembre y una saturación en el sistema de validación, que dificultó la entrega de medicamentos. Según Claudio Ucchino, vicepresidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal, el cambio provocó un “embudo” en el sistema, afectando la atención en mostradores y generando esperas prolongadas para los jubilados.
Entidades farmacéuticas como COFA, FACAF y FEFARA emitieron un comunicado conjunto, alertando sobre los problemas de acceso a la medicación y solicitando una rápida solución para garantizar un servicio continuo y eficiente. La demora en la validación generó malestar entre los afiliados, quienes vieron afectada su posibilidad de acceder a tratamientos esenciales en tiempo y forma.
El Ministerio de Salud informó que el sistema ya está operando a una mayor capacidad, procesando hasta 1,000 recetas por minuto. Farmalink, por su parte, reconoció que el cambio masivo generó problemas iniciales en la consulta de recetas electrónicas y aseguró estar trabajando para alcanzar una normalización completa en el acceso y velocidad del sistema.
Desde el PAMI, aseguraron que este sistema de validación no es nuevo, ya que se utilizaba anteriormente hasta 2015 y está diseñado para mejorar el control y trazabilidad de medicamentos. La nueva implementación permite a PAMI acceder a información detallada sobre la trazabilidad de cada receta, lo cual optimiza el trabajo de los farmacéuticos y asegura un seguimiento más preciso de los fármacos dispensados.
Según declaraciones recientes de la Confederación Farmacéutica Argentina, la situación comienza a normalizarse, aunque algunos establecimientos aún enfrentan retrasos en el acceso a las recetas electrónicas. A nivel local, organizaciones como el Colegio de Farmacéuticos de Mendoza y Córdoba informaron que, si bien el sistema ha mostrado mejoras, algunos afiliados continúan esperando largos períodos para recibir sus medicamentos.
El sistema IMED, elegido por PAMI, mantiene a las farmacias como intermediarias necesarias para la validación de recetas, lo cual implica que deben ajustarse a las directivas y cambios implementados por el Instituto para garantizar el servicio a los jubilados. En conjunto, el sector farmacéutico sigue en diálogo con PAMI y Farmalink para resolver los detalles técnicos que aún afectan la operatividad de este servicio.
La implementación de este nuevo sistema es un paso hacia una administración más eficiente de la cobertura de medicamentos, lo que permitirá un control detallado de cada receta desde su prescripción hasta su dispensación en farmacias. Con el avance en la adecuación del sistema, PAMI busca evitar problemas similares en el futuro y garantizar el acceso rápido y seguro a los medicamentos necesarios para sus afiliados en todo el país.