
La ludopatía entre adolescentes está creciendo a un ritmo preocupante. Así lo alertó la psicóloga Gilda Mendoza en una entrevista en Radio Vanguardia, donde detalló que la edad de inicio en esta adicción ha disminuido drásticamente: "Hoy por hoy, luego de la pandemia, tenemos adolescentes de 12, 13 años que ya están presentando un montón de síntomas sobre la ludopatía", afirmó.
Este fenómeno ha encontrado terreno fértil en el acceso casi ilimitado a las plataformas de apuestas online, especialmente en un contexto donde figuras populares de las redes sociales, como Coscu, promueven y normalizan el juego entre los jóvenes. "El disparo de dopamina que generan las apuestas es incluso más potente que el de la cocaína", enfatizó Mendoza, destacando la gravedad del problema.
A esto se le suma la facilidad con la que los menores pueden sortear las restricciones legales en sitios de apuestas. Aunque en Argentina el acceso está prohibido para menores de 18 años, las barreras son mínimas: "Hay un botón que apela a la sinceridad de los chicos, donde les pregunta si son mayores o menores de edad, pero ellos pueden mentir fácilmente para acceder", explicó la psicóloga, subrayando la falta de control efectivo.
Mendoza también mencionó el impacto económico y familiar que genera esta adicción en adolescentes que, al no tener ingresos propios, recurren a las tarjetas de crédito de sus padres: "Lo que empieza a complicar es la situación económica, porque no tienen un límite para eso. Agarran las billeteras o utilizan el celular de los padres", señaló.
El creciente número de casos en menores de edad refleja la importancia de un mayor control parental sobre el acceso a las apuestas online. La especialista recomendó a los padres involucrarse más activamente en la vida digital de sus hijos, establecer límites claros y estar atentos a las señales de alerta, como la desconcentración en la escuela o el aislamiento. "Lo primero es tener mayor control sobre la cantidad de tiempo que pasan con el teléfono", aconsejó.
Finalmente, Mendoza subrayó que la terapia cognitiva conductual es el tratamiento más efectivo para la ludopatía, aunque es difícil que los adolescentes reconozcan su problema: "El trabajo es mucho más con la familia. Hay que acompañar y esperar a que la persona se dé cuenta".
También recomendó el recurso de "Jugadores Anónimos" como una herramienta de apoyo para quienes enfrentan esta adicción.