domingo 06 de octubre de 2024 - Edición Nº2132

Sociales | 16 sep 2024

Kremlin al asecho

Independencia en riesgo: La lucha de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Argentina contra la influencia de Moscú

La Iglesia Ortodoxa Rusa en Argentina, fundada por exiliados del comunismo a principios del siglo XX, atraviesa una intensa batalla legal y religiosa.



Los descendientes de estos inmigrantes buscan mantener la independencia de sus templos frente a los intentos de control del Patriarcado de Moscú, que, según denuncian, cuenta con el respaldo del gobierno de Vladimir Putin. El conflicto principal gira en torno al templo San Sergio de Villa Ballester, donde los fieles temen la toma de posesión por parte de enviados rusos el próximo 24 de septiembre.

 

El origen del conflicto

La comunidad ortodoxa rusa en Argentina nació de los exiliados que huyeron del régimen soviético, llevando consigo su cultura y fe religiosa. Con esfuerzo, construyeron al menos una decena de templos en el país, manteniéndose independientes del control estatal soviético. Sin embargo, en 2007, un concilio de sacerdotes buscó una reconciliación con el Patriarcado de Moscú, algo que dividió a la comunidad. Mientras algunos aceptaron la unión, otros resistieron, defendiendo su derecho a seguir siendo independientes.

La presión de Moscú y la resistencia local

En la actualidad, los feligreses denuncian que Moscú intenta tomar el control de los templos a través de la imposición de sacerdotes y la administración de inmuebles construidos por los exiliados. La comunidad de Villa Ballester, organizada como una asociación civil, ha visto cómo el Obispo Juan de Caracas fue designado por el Patriarcado ruso para tomar posesión de su iglesia. Pese a las amenazas, los feligreses se mantienen firmes en su posición de independencia.

La postura de la Iglesia en Argentina

El padre Alejandro Iwaszewicz, de la Iglesia Ortodoxa Rusa Santísima Trinidad en Parque Lezama, ha llamado a los fieles a resistir pacíficamente, recalcando que los templos sin la comunidad no son nada. Además, subrayó que la comunidad de San Sergio no pertenece al Patriarcado de Moscú y denunció el vínculo entre el Patriarcado y el Kremlin.

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