
El próximo viernes 1 de marzo, los argentinos se enfrentarán a un nuevo aumento en el precio de la nafta, afectando el bolsillo de los consumidores. Este incremento se debe a la reactivación de los impuestos al combustible líquido y al dióxido de carbono, que habían sido congelados desde el año 2021.
La medida tiene como objetivo regularizar la carga impositiva, lo que inevitablemente impactará en el precio de los combustibles. Según las estimaciones, la nafta súper experimentará un aumento del 4,4%, mientras que el gasoil aumentará un 2,7%. Se espera que estos incrementos se actualicen nuevamente durante los meses de abril y mayo. Sin embargo, en algunas regiones del interior del país, el aumento podría llegar hasta un 7%.
Este ajuste en los precios se basa en la decisión del Gobierno de vincular los aumentos al Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante los primeros dos trimestres del año 2023. Esta medida busca ajustar los precios de acuerdo con la inflación y mantener la estabilidad económica.
Cabe destacar que, anteriormente, el gobierno de Alberto Fernández había tomado la decisión de suspender temporalmente una fracción de los impuestos en los combustibles, específicamente los impuestos ICL e IDL, con el fin de aliviar la carga impositiva sobre los consumidores y mitigar el impacto en los precios finales de los combustibles. Sin embargo, esta suspensión ha llegado a su fin, y los consumidores se verán nuevamente afectados por el aumento en los precios.
Se espera que el impacto de estos aumentos se sienta no solo en el sector del transporte, sino también en otros aspectos de la economía, afectando el poder adquisitivo de la población.