
En un emotivo diálogo con La Vanguardia Radio, Luis Rementeria, el primer trabajador del icónico monumento El Gorosito, nos brindó sus recuerdos y experiencias en la creación de esta emblemática figura que ha dejado una marca perdurable en la ciudad.
Luis relató cómo fue testigo y partícipe de la construcción del Gorosito hace más de cincuenta años. "Yo empecé a trabajar desde que empezamos a doblar los hierros para hacerlo, ahí en frente al Hueso Perdido, donde estaba el Club Ingeniero Knudsen", recuerda con nostalgia. El monumento fue una labor artesanal, realizada manualmente sin la tecnología de hoy en día, recuerda.
También destacó la evolución del Gorosito a lo largo de los años. "Lo pintaron de todas formas” comentó Rementería, pero el que está ahora “es más o menos el color original” al mismo tiempo que recuerda la participación del escultor Pablo Sanchez bajo las órdenes de José María Cifuentes, creador del monumento. A pesar de los cambios, el Gorosito sigue siendo un símbolo arraigado en la comunidad y es un destino turístico reconocido en toda Argentina.
Luis, con 84 años de edad, comparte su satisfacción por haber contribuido a la creación de este monumento que ha resistido el paso del tiempo y los cambios. Remarcando que es un emblema para toda la ciudad, para los chicos y grandes.
Rementería, mencionó la anécdota detrás del nombre "Gorosito", donde se relata que el apodo surgió cuando un grupo de trabajadores burlándose de un compañero de trabajo de apellido Gorosito comenzaron a nombrar el monumento como Gorosito y en base a eso este nombre quedó arraigado y se convirtió en el icónico título del monumento.
La charla finalizó con un llamado a la preservación y respeto del legado que representa el Gorosito en Caleta Olivia. Se espera que una placa conmemorativa rinda homenaje a Luis y a sus compañeros trabajadores, inmortalizando su contribución a la historia de la ciudad. Este diálogo sirve a modo de recordatorio de que detrás de cada monumento hay historias de esfuerzo, dedicación y comunidad que merecen ser celebradas y conservadas como parte fundamental de nuestra historia.