
Donde su busto engalana la Plaza de los Compadres de la Independencia junto las figuras de otros dos próceres de nuestra nacionalidad, la de los Generales José de San Martín y Manuel Belgrano.
El Presidente de la Comisión de Fomento, Jorge Marcelo Soloaga hizo entrega de una réplica del busto de quien fuera protagonista del proyecto emancipador luchando en la frontera norte contra las tropas realistas españolas, al Centro de Residentes Salteños de Caleta Olivia.
El acto institucional para honrar a Güemes, por quien la fecha del 17 de Junio fue instituida como Día de la Libertad Latinoamericana, se desarrolló bajo los protocolos de bioseguridad preventivos a la pandemia del Coronavirus, por lo cual se restringió la asistencia a personal esencial de la comuna y a invitados especiales.
Entre éstos se encontraban el diputado provincial mandato cumplido Juan Balois Pardo; el vocal por el Instituto de Energía de la provincia, Pablo Gordillo y oficiales de policía de la División Narcocriminalidad, de la Unidad 18va. de Bomberos y de la Comisaria que tienen asiento en la localidad.
En la ceremonia se entonó el Himno Nacional, se colocó el farol de luz que reemplaza a las ofrendas florales, se le rindió un respetuoso minuto de silencio y se escuchó una invocación religiosa a cargo del diácono Mario Sosa, tras lo cual Soloaga pronunció un encendido discurso.
En el epilogo, se presentó un numero artístico a cargo de integrantes del Centro Salteño que preside José Lera, quienes interpretaron una zamba norteña y recibieron un fuerte aplauso.
En alocución, el jefe comunal resaltó que el dogma que nos legó Martín Miguel de Güemes "representa la lucha permanente por la justicia, por el trato inhumano al gauchaje, a los pobres, a los desheredados de la tierra y a los pueblos originarios".
Luego, haciendo un paralelismo como San Martín y Belgrano, afirmó que "siempre habrá alguien como él" y por ello, el presente que la comuna entregaba a residente salteños tenía entre otros objetivos, procurar que la figura de Güemes "nos siga guiando en esa simbología imprescindible para la vida de los pueblos".
Puso también de relieve que en esta fecha especial es menester ponderar en tiempo pasado, presente y futuro la figura legendaria del prócer que no solo se limita a su lucha por la Independencia nacional.
Es que, rememoró, también tuvo que enfrentar "a los cajetillas criollos comerciantes del puerto que empezaban a manejar los extraordinarios ingresos de la Aduana de aquellos tiempos.
Además quisieron apropiarse de la Revolución de Mayo de 1810 ya que si bien el Virreinato del Río la Plata se transformó en un gobierno de Provincias Unidas, los concentradores de la riqueza marginaron a sectores populares, sobre todo a los que estaban fuera del puerto de Buenos Aires y se atribuyeron la facultad de nombrar por propia cuenta a gobernadores y otros funcionarios.
Fue por ello que, puntualizó, se produjo la inevitable rebelión de los pueblos del interior contra esos delegados del puerto central y consecuentemente contra los comerciantes que seguían respondiendo a naciones y monopolios imperialistas como el de la Gran Bretaña.
De allí que, sostuvo, Miguel Martín de Güemes fue uno de esos ejemplos "de rebelión y rebeldía contra la explotación inhumana de los sectores populares" porque interpretó que la lucha no solo debía limitarse a la guerra por la Independencia, sino también contra oligarquías provincianas de aquellos tiempos y contra "pérfidos personajes" de ese puerto que avasallaba los intereses del interior.
"Ese es el dogma que no debemos olvidar -afirmó- porque lo que pasó ayer sigue pasando hoy y seguirá pasando mientras no tengamos bravos ejemplos de lucha contra las injusticias y la verdadera soberanía e independencia".
Soloaga citó además que Güemes fue el primer argentino que impulsó una verdadera reforma agraria para distribuir la tierra entre el pobrerío desposeídos, por lo cual hoy también se necesita de líderes que emulen su lineamiento y rememoró que el prócer fue asesinado por cobardes que actuaron por órdenes de la aristocracia salteña "para evitar que su grandioso ejemplo se multiplique".
Finalmente instó a reivindicar de manera permanente su figura "como lo hacemos nosotros desde este bendito pueblo de Cañadón" y cerró su discurso con una metáfora expresando que "lo emboscaron los de siempre, los de ayer y los de hoy, una casta de oligarcas" pero "lo veneran los humildes".